Sociología clásica (III): Auguste Comte (1798 – 1857)

Seguimos con la tercera lección de este curso impartido por Bart van Heerikhuizen de la Universidad de Amsterdam.

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La Ley de los Tres Estados de la Mente Humana. Así como Marx creía que la historia avanzaba debido a los cambios en la forma en que producimos los bienes que necesitamos (materialista), Comte creía que la historia avanzaba mediante las ideas (idealista). Es ahí donde postuló su famosa teoría de los tres estados: la sociedad pasa por tres estados diferente, a saber:

  • estado teológico (ficticio), aquel en el que la sociedad busca respuestas a las grandes preguntas, de dónde venimos, a dónde vamos, etc, y cuya respuesta sólo la religión puede dar, de ahí que se tienda hacia las religiones;
  • estado metafísico (abstracto), aquel en el que no se abandona la idea de Dios, sino la idea de un Dios concreto que representa una serie de aspectos, adaptando las ideas teológicas a la realidad;
  • estado científico (o positivo), la definitiva adaptación a la realidad, aprehendida mediante la ciencia y la tecnología; la renuncia a las preguntas que, a priori, aún no pueden ser respondidas y adecuación a las que sí pueden serlo mediante ciencias formales. De hecho, la palabra «positivo» viene de esa certeza, de algo que se ha comprobado una, dos, tres veces, las necesarias, hasta obtener una certeza, valga la redundancia, de la que no se puede dudar en ningún caso (una certeza difícil de obtener en nuestra época postmodernista y dada a incertidumbres y nuevas teorías que modifican el saber conocido).

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Sociología clásica (II): Bernard Mandeville (1670-1733) y Adam Smith (1723-1790)

Segunda lección del curso sobre Sociología clásica impartida por Bart van Heerikhuizer, de la Universidad de Ámsterdam.

La fábula de las abejas. Adam Smith usó la expresión «división del trabajo» en la primera página de su primer libro publicado. Sin embargo, esa expresión no era suya, sino que provenía de Bernard Mandeville, un doctor de Londres (aunque nacido en Rotterdam en 1670), que la usó para su libro La fábula de las abejas (1714). En realidad, La fábula de las abejas eran centenares de páginas comentando un poema publicado por el propio Mandeville años antes, en 1703, titulado La colmena refunfuñona (The Grumbling Hive). En dicho poema se narra la historia de una colmena próspera y rica donde todos sus miembros funcionan. Sin embargo, en esa colmena también existen delincuentes, y pobreza, corrupción, ignorancia y maldades. Tanto, que sus abejas, pese a la prosperidad, no dejan de quejarse. Los dioses, hastiados de tanta queja, conceden un don a las abejas: todas ellas se vuelven buenas de un día para otro. Y, claro, desparecen las cárceles, los crímenes, los jueces y abogados y criminales y prisiones. Pero también los usureros, bancos, basureros (porque nadie ensucia las calles) y hasta los artistas, porque nadie necesita presumir de tener más que los demás. La colmena, pues, termina abandonada, empobrecida y triste, y sus últimas abejas se mudan a un tronco de árbol vacío, donde otros animales pasan de largo y se lamentan de cómo la colmena más próspera del mundo ha terminado así.

la fabula de las abejas 1724

La moral de la obra estaba publicada en la primera página: Private vices, public benefits. Vicios privados, beneficios públicos. Sigue leyendo «Sociología clásica (II): Bernard Mandeville (1670-1733) y Adam Smith (1723-1790)»

Sociología clásica I

Nuevo curso en coursera: Classical sociological theory, impartido por Bart van Heerikhuizen de la Universidad de Ámsterdam. Un curso sobre los padres de la sociología de los siglos XIX y XX. Viendo cómo la antropología urbana viene en gran parte de la sociología, y que nombres como Weber o Simmel no nos son ajenos, parece interesante ampliar la base teórica de esta disciplina. Vamos allá.

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Introducción. La primera lección es una bienvenida y una somera introducción al curso y a las teorías sociológicas. Primera definición de sociología: la ciencia que estudia las sociedades humanas. Sin más.

La sociología como disciplina universitaria no nació hasta finales del XIX, pero la mayoría de autores que trataremos en el curso son de antes. No se consideraban sociólogos, sino personas preocupadas por los cambios que estaban sucediendo durante su época, especialmente la Revolución Industrial, el momento en que el mundo (o parte de él) se puso patas arriba. La mayoría de autores a tratar son hombres blancos de clase media; lo cual no los invalida como grupo, sólo nos alerta a plantearnos las posibles diferencias que habrían planteado si hubiesen sido mujeres, asiáticos o pobres. Sigue leyendo «Sociología clásica I»

TAW (y VI): The Fruits of Empire: Expenses and Revenue

Sexta y última lección sobre el Imperio Asirio impartida por Karen Radner.

¿Por qué un Imperio? Durante el siglo IX a. C., por primera vez, se usan los caballos en la guerra para algo más que para tirar de los carros: se forman las primeras unidades de caballería, que pronto se demuestran mucho más efectivas que las unidades de infantería. El problema es que aún no existen estribos y se monta sobre unas mantas, por lo que la destreza exige soldados profesionales, que se dediquen a tiempo completo a las artes de la guerra.

Hasta ahora, los carros los habían dirigido siempre los nobles, que eran los únicos con suficiente tiempo libre para entrenar, y el ejército lo formaban ciudadanos que durante unos meses al año dejaban su profesión y eran llamados a filas. En el siglo IX, el ejército se profesionaliza, con soldados que se ejercitan, y reciben una paga por ello, durante todo el año, lo que dispara la factura militar. ¿De dónde obtenía Asiria ese dinero? Pues una de las soluciones era enviar a ese ejército permanente a conquistar las provincias cercanas, o a amenazar con hacerlo: de forma que en el primer caso se amplían las provincias que pertenecen al reino, y en el segundo se consiguen estados cliente dispuestos a pagar para evitar ser conquistados. Pero, una vez amilanadas las provincias exteriores, ¿por qué no detenerse ahí?, ¿por qué dar el paso de alcanzar su soberanía y establecer un Imperio? Sigue leyendo «TAW (y VI): The Fruits of Empire: Expenses and Revenue»

TAW (V): Human Resources: Commodities, Consumers, and Product

Quinta lección de este curso sobre el Imperio Asirio impartido por Karen Radner que, todo sea dicho, estoy disfrutando como un enano.

Ciudadanía asiria. En el Imperio Asirio coexistían dos tipos de habitantes: los de las provincias, dirigidas por gobernadores, y los de los estados clientes, cuyos gobiernos aceptaban la soberanía asiria. Sólo los primeros estaban considerados verdaderos asirios. Una forma de ver quién era asirio y quién no era saber quién participaba de las ofrendas al dios Assur en su templo de la ciudad de Assur. Existía toda una serie de personas, algunas a jornada completa, otras que tenían otras profesiones pero participaban puntualmente, que formaban parte del ritual diario de ofrendas al dios: se le preparaban grandes comidas suntuosas con alimentos llegados de todas partes del Imperio. Parte del trabajo de los gobernadores de las provincias, de hecho, era asegurarse de que pequeñas cantidades de los principales alimentos generados en su zona llegaban al templo para participar en la ofrenda. Los platos se le ofrecían al dios entre música y celebraciones; la estatua, creían los asirios, consumía estos alimentos mediante su olor. La segunda parte del ritual de la ofrenda consistía en compartir las sobras entre la comunidad; teniendo en cuenta que el dios sólo había consumido el olor, las sobras eran el plato entero… algo más frío. Tanto la preparación de la ofrenda como la consumición en comunidad de las sobras eran parte del ritual.

Cuando la capital se trasladó, el ritual se siguió llevando a cabo: las sobras se transportaban hasta la nueva capital (fuese Kalhu o las que la siguieron) y hasta las provincias, donde los gobernadores las consumían en nombre de la ciudad y sus ciudadanos. Las sobras, tras tan largo viaje, no llegaban en el mejor estado posible; pero consumirlas no era una experiencia gastronómica, sino un servicio que prestaban los representantes a la comunidad, una comunión simbólica: todos aquellos que comiesen del festín participaban de la protección que ofrecía el dios. Sigue leyendo «TAW (V): Human Resources: Commodities, Consumers, and Product»

TAW (IV): Regional Managers: Outsorcing Power

Cuarta lección del curso The Assyrian Way, impartido por Karen Radner.

En esta ocasión, nos centramos en las personas que ayudaban a gobernar el reino desde las provincios o desde los estados con relaciones comerciales. Los gobernadores debían seguir las doctrinas impuestas por el rey de Assur, jurando obediencia mediante juramentos sagrados; además, era habitual que hubiese rehenes de sus familias en la corte real, como comentamos en la anterior lección (los llamados «barbudos»).

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La palabra asiria para gobernador: pel pihati, «apoderado»

Se daba una dicotomía entre provincias, dirigidas por governadores que el rey podía cambiar a voluntado (habitualmente, el cambio de rey significaba ciertos cambios en los gobernadores) y estados clientes, dirigidos por una persona normalmente de forma hereditaria y que tenían una relación distinta con el trono. A menudo, las provincias quedaban más próximas al centro del Imperio, mientras que los estados cliente eran regiones lejanas, que en ocasiones se habían perdido y habían sido reconquistadas, y solían ser difíciles de mantener, por lo que era mejor establecer esta forma de asimilación con el Imperio. Ejemplos de este tipo eran las islas, como Chipre en el Mediterráneo o Bahrain en el Golfo Pérsico, o regiones montañosas o desérticas. Los gobernadores de las provincias y los delegados de los estados clientes eran denominados los «Magníficos» de Asiria («Great Ones). Sigue leyendo «TAW (IV): Regional Managers: Outsorcing Power»

TAW (III): The Royal Capital and Court

Tercera sesión sobre el Imperio Asirio, impartida por Karen Radner. En esta ocasión, centrada en la capital y la corte.

La nueva capital, Kalhu, la actual Nimrod, fue una buena elección para el traslado del gobierno: estaba mucho mejor localizada que Assur. A medida que el Imperio se iba expandiendo, Assur quedaba cada vez en una zona más periférica; Kalhu, en cambio, estaba más al centro, por lo que las comunicaciones y las delegaciones tenían más fácil acceso.

palacio
ekallu: palacio, del sumerio ‘casa grande’

Kalhu ya existía desde el Neolítico, unos 5000 años antes. La ciudad, situada cerca de la ruta este-oeste (y por lo tanto mucho más accesible que Assur, a 70 kilómetros al sur pero rodeada de estepas), se había convertido en el tiempo en un monte, debido a la forma de construcción de la época: casas de arcilla, que se iban nivelando a medida que dejaban de ser útiles, por lo que las grandes aglomeraciones con el tiempo se iban convirtiendo en montes. Esta forma de construcción también explica que los reyes dejasen mensajes escritos en tablillas de cerámica: sabían que tarde o temprano los cimientos serían removidos y alguien encontraría sus proclamas. Sigue leyendo «TAW (III): The Royal Capital and Court»

Diseñando Ciudades (II): las ideas que dan forma a la ciudad

Segunda lección del curso Diseñando Ciudades, impartido por la Universidad de Pennsylvania.

Introducción. La forma habitual para referir el diseño de las ciudades es la histórica, siguiendo las distintas tradiciones arquitectónicas una tras otra. Sin embargo, en esta ocasión vamos a usar el libro The Shape of Time, de George Kubler, donde venía a decir que la historia, en vez de una sucesión de momentos, puede interpretarse como un cable trenzado en el que a cada momento predomina un color, pero existen diversas ideas que han ido dando forma a cada época. Para ello, vamos a seleccionar cuatro visiones de una ciudad:

  • moderna (aunque el curso habla de ‘modernist»)
  • tradicional
  • verde (o ecológica)
  • sistema (en el curso la llaman systems city design)

Estas visiones no son necesariamente opuestas: a menudo se complementan, o aspectos de una pasan a otra.

Profesores
Los profesores de la asignatura, en plena rave.

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Diseñando Ciudades (I): La evolución de la ciudad actual

Nuevo curso de coursera, Designing Cities, de la Universidad de Pennsylvania, impartido por Gary Hack, profesor del MIT y de la Escuela de Diseño de la Universidad de Pennsylvania, donde también fue Decano; Jonathan Barnett, Director de Diseño Urbano de Nueva York y Profesor Emérito de Planificación Regional y Urbana de la misma universidad, y Stefan Al, Director del Programa de Diseño de la Universidad de Hong Kong y actual profesor de Diseño Urbano también de la universidad de Pennsylvania.

Introducción. La ciudad hoy en día presenta numerosos retos, dada la gran cantidad de población creciente que vive y vivirá en ellas en el futuro. Los suburbios de Estados Unidos, por ejemplo, dejarán de ser ecológicamente sostenibles; habrá ciudades sin acceso a agua corriente, o sin la necesaria para sus ciudadanos; así como ciudades que están junto al nivel del mar y se enfrentarán a un nivel creciente de las aguas, y hay que tener en cuenta, por ejemplo, que cerca de mil millones de personas viven en zonas o incluso ciudades enteras que no han llegado a ser planificadas, sino que brotaron de forma caótica.

El diseño urbano no es, como suele pensarse, sólo la apariencia, sino la propia situación de cada elemento en la ciudad: es quien decide si un ciudadano debe andar o usar el coche para desplazarse, si una ciudad es eficiente para sus habitantes, si disponen de sitios donde relacionarse entre ellos, si está bien adaptado a los problemas que se avecinan, etc. Sigue leyendo «Diseñando Ciudades (I): La evolución de la ciudad actual»

SUMG (y VIII): Ciudad digital

Y llegamos a la última lección del curso Sociología Urbana para un Mundo Globalizado, impartido por Patrick Le Galès. En este caso, con la ciudad digital.

Introducción. Las ciudades son, entre otras, concentraciones de tecnología. Al principio lo fueron para bombear agua, desarrollar y permitir la comunicación entre ciudades y personas, para levantar edificios cada vez mayores. Poco a poco, sobre todo desde la colonización europea, la ingeniería se fue adueñando de la toma de decisiones en la ciudad, en aras de la eficiencia y la racionalización (lo explicaba Townsend en su libro Smart Cities, cómo mediante los ingenieros se permitió que los coches se adueñasen de las ciudades sin discusión posible). La ingeniería llevó al tendido de cables, las telecomunicaciones, los smartphones, la IoT y la ubicuidad tecnológica actual.

El geógrafo británico Graham Marvin diferencia entre espacios urbanos premium y barrios bajos (slums) periféricos, en función de los accesos a los servicios básicos que ofrezca cada distrito. Además, no podemos olvidar el papel de las grandes empresas tecnológicas, que han decidido dedicar gran parte de su presupuesto a la creación y desarrollo del concepto de smart city.

Existen dos visiones: la pesimista, de la ciudad oscura, distópica, dominada por las grandes tecnologías que promueven el control, la vigilancia y donde sólo se busca el máximo beneficio, y la de una ciudad donde la tecnología permite el bien común para todo, donde cada problema genera un gadget que lo solucione, smart cities idílicas. Sigue leyendo «SUMG (y VIII): Ciudad digital»