TAW (y VI): The Fruits of Empire: Expenses and Revenue

Sexta y última lección sobre el Imperio Asirio impartida por Karen Radner.

¿Por qué un Imperio? Durante el siglo IX a. C., por primera vez, se usan los caballos en la guerra para algo más que para tirar de los carros: se forman las primeras unidades de caballería, que pronto se demuestran mucho más efectivas que las unidades de infantería. El problema es que aún no existen estribos y se monta sobre unas mantas, por lo que la destreza exige soldados profesionales, que se dediquen a tiempo completo a las artes de la guerra.

Hasta ahora, los carros los habían dirigido siempre los nobles, que eran los únicos con suficiente tiempo libre para entrenar, y el ejército lo formaban ciudadanos que durante unos meses al año dejaban su profesión y eran llamados a filas. En el siglo IX, el ejército se profesionaliza, con soldados que se ejercitan, y reciben una paga por ello, durante todo el año, lo que dispara la factura militar. ¿De dónde obtenía Asiria ese dinero? Pues una de las soluciones era enviar a ese ejército permanente a conquistar las provincias cercanas, o a amenazar con hacerlo: de forma que en el primer caso se amplían las provincias que pertenecen al reino, y en el segundo se consiguen estados cliente dispuestos a pagar para evitar ser conquistados. Pero, una vez amilanadas las provincias exteriores, ¿por qué no detenerse ahí?, ¿por qué dar el paso de alcanzar su soberanía y establecer un Imperio? Sigue leyendo «TAW (y VI): The Fruits of Empire: Expenses and Revenue»

TAW (V): Human Resources: Commodities, Consumers, and Product

Quinta lección de este curso sobre el Imperio Asirio impartido por Karen Radner que, todo sea dicho, estoy disfrutando como un enano.

Ciudadanía asiria. En el Imperio Asirio coexistían dos tipos de habitantes: los de las provincias, dirigidas por gobernadores, y los de los estados clientes, cuyos gobiernos aceptaban la soberanía asiria. Sólo los primeros estaban considerados verdaderos asirios. Una forma de ver quién era asirio y quién no era saber quién participaba de las ofrendas al dios Assur en su templo de la ciudad de Assur. Existía toda una serie de personas, algunas a jornada completa, otras que tenían otras profesiones pero participaban puntualmente, que formaban parte del ritual diario de ofrendas al dios: se le preparaban grandes comidas suntuosas con alimentos llegados de todas partes del Imperio. Parte del trabajo de los gobernadores de las provincias, de hecho, era asegurarse de que pequeñas cantidades de los principales alimentos generados en su zona llegaban al templo para participar en la ofrenda. Los platos se le ofrecían al dios entre música y celebraciones; la estatua, creían los asirios, consumía estos alimentos mediante su olor. La segunda parte del ritual de la ofrenda consistía en compartir las sobras entre la comunidad; teniendo en cuenta que el dios sólo había consumido el olor, las sobras eran el plato entero… algo más frío. Tanto la preparación de la ofrenda como la consumición en comunidad de las sobras eran parte del ritual.

Cuando la capital se trasladó, el ritual se siguió llevando a cabo: las sobras se transportaban hasta la nueva capital (fuese Kalhu o las que la siguieron) y hasta las provincias, donde los gobernadores las consumían en nombre de la ciudad y sus ciudadanos. Las sobras, tras tan largo viaje, no llegaban en el mejor estado posible; pero consumirlas no era una experiencia gastronómica, sino un servicio que prestaban los representantes a la comunidad, una comunión simbólica: todos aquellos que comiesen del festín participaban de la protección que ofrecía el dios. Sigue leyendo «TAW (V): Human Resources: Commodities, Consumers, and Product»

TAW (IV): Regional Managers: Outsorcing Power

Cuarta lección del curso The Assyrian Way, impartido por Karen Radner.

En esta ocasión, nos centramos en las personas que ayudaban a gobernar el reino desde las provincios o desde los estados con relaciones comerciales. Los gobernadores debían seguir las doctrinas impuestas por el rey de Assur, jurando obediencia mediante juramentos sagrados; además, era habitual que hubiese rehenes de sus familias en la corte real, como comentamos en la anterior lección (los llamados «barbudos»).

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La palabra asiria para gobernador: pel pihati, «apoderado»

Se daba una dicotomía entre provincias, dirigidas por governadores que el rey podía cambiar a voluntado (habitualmente, el cambio de rey significaba ciertos cambios en los gobernadores) y estados clientes, dirigidos por una persona normalmente de forma hereditaria y que tenían una relación distinta con el trono. A menudo, las provincias quedaban más próximas al centro del Imperio, mientras que los estados cliente eran regiones lejanas, que en ocasiones se habían perdido y habían sido reconquistadas, y solían ser difíciles de mantener, por lo que era mejor establecer esta forma de asimilación con el Imperio. Ejemplos de este tipo eran las islas, como Chipre en el Mediterráneo o Bahrain en el Golfo Pérsico, o regiones montañosas o desérticas. Los gobernadores de las provincias y los delegados de los estados clientes eran denominados los «Magníficos» de Asiria («Great Ones). Sigue leyendo «TAW (IV): Regional Managers: Outsorcing Power»

TAW (III): The Royal Capital and Court

Tercera sesión sobre el Imperio Asirio, impartida por Karen Radner. En esta ocasión, centrada en la capital y la corte.

La nueva capital, Kalhu, la actual Nimrod, fue una buena elección para el traslado del gobierno: estaba mucho mejor localizada que Assur. A medida que el Imperio se iba expandiendo, Assur quedaba cada vez en una zona más periférica; Kalhu, en cambio, estaba más al centro, por lo que las comunicaciones y las delegaciones tenían más fácil acceso.

palacio
ekallu: palacio, del sumerio ‘casa grande’

Kalhu ya existía desde el Neolítico, unos 5000 años antes. La ciudad, situada cerca de la ruta este-oeste (y por lo tanto mucho más accesible que Assur, a 70 kilómetros al sur pero rodeada de estepas), se había convertido en el tiempo en un monte, debido a la forma de construcción de la época: casas de arcilla, que se iban nivelando a medida que dejaban de ser útiles, por lo que las grandes aglomeraciones con el tiempo se iban convirtiendo en montes. Esta forma de construcción también explica que los reyes dejasen mensajes escritos en tablillas de cerámica: sabían que tarde o temprano los cimientos serían removidos y alguien encontraría sus proclamas. Sigue leyendo «TAW (III): The Royal Capital and Court»

TAW (II): Meet the CEO: The Assyrian King

Segunda parte de este fascinante curso sobre el Imperio Asirio, impartido por Karen Radner. En este tema, nos centramos en la figura del rey.

Tema clave: el Dios y su dirigente. Cuando se fundó, la ciudad de Asur tenía el mismo nombre que su Dios, Aššur, situado en una montaña junto a la ciudad, donde también se alzó el templo. No es casualidad que ambos compartan el nombre: la ciudad se veía como una manifestación del Dios, como otra dimensión del mismo. El dirigente, que no se llamó rey hasta tarde, era su representante en la tierra, y tenía la misión de proteger, guiar, ordenar a las personas de la ciudad, con distintos nombres que enfatizaban distintos aspectos de su misión. A diferencia de los faraones, a los que se consideraba dioses en la Tierra, el dirigente de Asur no era divino, sino escogido por la divinidad (algo similar al Papa en la actualidad). La ciudad tenía una asamblea, formada por los líderes de los clanes principales, que es quien gobernaba, mientras que el monarca tenía un papel de líder, más ceremonial y representativo.

En el siglo XIV a. C., esta situación cambió, al pasar Asur de una ciudad-estado a una ciudad en expansión al añadir conquistas territoriales tras diversas guerras. Aššur-ubalit fue el primero en proclamarse rey, y en dotar a su figura de mucho más poder que los anteriores dirigentes. Al aspecto ceremonial, de guía espiritual y religioso, se le añadió el de líder militar; cada victoria en el campo de batalla se veía como una demostración de que el monarca gozaba del favor divino. La monarquía parlamentaria de la ciudad-estado de Asur se convirtió en una monarquía absolutista del reino de Asiria. Sigue leyendo «TAW (II): Meet the CEO: The Assyrian King»

Organizing an Empire: The Assirian Way

La civilización tal y como la entendemos hoy en día empezó en Mesopotamia. Fue allí donde, al abrigo de los grandes Imperios, se construyeron las primeras ciudades (o tal vez habría que formularlo al revés: a raíz de la creación de las primeras ciudades, surgieron los primeros Imperios de la humanidad), configurando algunos elementos que luego han pasado a formar parte del ADN de las ciudades.

He empezado el curso Organizing an Empire: The Assirian Way en coursera, impartido por Karen Radner, de la Universidad de Múnich. Vamos allá con la Introducción.

El Imperio Asirio fue el primer Imperio de talla mundial. Se estableció hace unos 3000 años en lo que hoy en día es el norte de Irak, y sus decisiones tenían consecuencias desde el Valle del Nilo hasta el Mar Caspio. En el 700 a.C., el Imperio se extendía desde el Mediterráneo hasta Irán y desde el centro de Turquía hasta el Golfo Pérsico. El curso se centra en el momento de máximo esplendor del  Imperio por diversos motivos:

  • representó el surgimiento de un nuevo modelo de Estado que ha llegado hasta nuestros días;
  • dicho modelo, además, se puede aplicar a la forma que tienen las multinacionales de operar hoy en día en diversos países;
  • la herencia de sus creencias no sólo permeó todo el Mediterráneo sino que llega en algunos aspectos hasta nuestros días.

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